Tras su breve e inicial incursión en el signo de Aries desde finales del pasado mes de mayo, Urano regresará a Piscis hacia mitad de agosto de este mismo año 2010, donde permanecerá hasta mitad de marzo del próximo año 2011, completando así su última estancia de ese largo periodo de unos siete años que ha estado transitando por este signo.
A partir de ahí entrará en Aries para estar los próximos siete años y no volverá a Piscis hasta dentro de unos 84 años.
Son varios los puntos que este tránsito suscita, y que convendrá tener en consideración desde agosto hasta marzo, ese tiempo que aún le queda a Urano en Piscis. Un tiempo que es de trascendencia histórica porque aún puede enseñarnos muchas cosas a los humanos.
Piscis es el último signo del Zodíaco y, como tal, se asocia a procesos de purga y limpieza necesaria, a lugares terapéuticos o donde se repara algo, a nivel humano, bien sea el alma o el cuerpo, como hospitales, monasterios. Pero también se asocia a las grandes masas de agua, como los océanos y con las grandes corrientes que a todos nos arrastran.
Para empezar, cuando un planeta lento se va de un signo o está dando sus últimos coletazos por él suele dejar una huella, una señal al mundo sobre sus analogías y significados. Está claro que el catastrófico y triste vertido de petróleo en esa la costa oeste de los EE.UU. tiene mucho que ver: contaminación del mar, tecnología, susto, impacto medioambiental, castigos propios del progreso... son varias las señales que se deben leer claramente en clave de Urano y de Piscis, más concretamente, de Urano en Piscis.
Esto es un grito de aviso de que la tecnología usada hasta ahora no era segura o que tiene evidentes riesgos. A partir de ahora se tendrán que establecer medidas para que las extracciones sean más seguras con el fin de evitar males similares en el futuro que tienen tan costosas y dramáticas consecuencias.
La larga crisis económica mundial también sirve como advertencia de que la especulación sin medida ni control nos lleva al desastre, a pagar justos por pecadores.
Aquí este paso planetario nos indica que es tiempo de buscar reparaciones del sistema financiero y también de trazar nuevas políticas que procuren un mundo económico menos oscuro, menos dominado por la política del "pez grande que come al pequeño", más equilibrada y más justa.
Claro está que, en el plano individual, también este paso de Urano supone un aviso para todos nosotros: es tiempo de purgar, de limpiar, de eliminar todo aquello que está contaminado en nosotros, ya sea en un sentido físico o moral, si queremos sobrevivir a este tránsito y afrontar el próximo paso de Urano en Aries con la posibilidad de crecer libres de malos influjos, de sentirnos llenos de energía y de aportar aquello que realmente somos y nos distingue de los demás al mundo. ¡Saquemos a pasear al niño interior como si nunca hubiéramos sido heridos, y vivamos!
(Astros del mes, publicado en la revista Tu Suerte número 182, agosto 2010)