Angelina Jolie ha pedido consejo a la astrología budista para elegir la mejor fecha posible para casarse con Brad Pitt este verano. Para ello, ha consultado a un monje budista del templo Wat Khmer Buddhist en Los Ángeles. Según Times of India, es habitual que la actriz recurra a la astrología budista para elegir días auspiciosos cuando afronta momentos importantes de su vida.
La astrología tibetana* es uno de los conocimientos más preciados en el budismo tibetano y base importante para la sociedad tibetana. De hecho, se estudia como una de las cinco ciencias complementarias en las Universidades Monásticas Budistas Tibetanas y es bastante compleja. Se emplea ampliamente: para determinar los momentos más auspiciosos, para diagnosticar y curar enfermedades, para elegir fecha de boda, para cuando alguien muere con la finalidad de elegir las ceremonias apropiadas para ayudarle en la rueda de las reencarnaciones o incluso para cuestiones de Estado.
La astrología tibetana, más que condenar a un determinado destino, señala las tendencias o potencial kármico que trae la persona en su vida actual. El karma y la rueda de las reencarnaciones es algo de lo que se ocupa la astrología tibetana, señalando de dónde venimos o dando consejos para mejorar en la vida actual y ayudar así de cara a la próxima reencarnación, por ejemplo, aconsejando sobre los mejores días para hacer las meditaciones. Se compone de doce signos, cinco elementos, trigramas, budas protectores, mantras de meditación y otros aspectos que la diferencian bastante de la Astrología Occidental.
La astrología budista cree que hay un patrón de causa-efecto que regula el universo y nuestras vidas. Y es una combinación de filosofía budista con la astrología india (de la que toman especialmente los cálculos, la parte técnica y el Kalachakra o los ciclos del tiempo) y la astrología china (de la que toman el lado espiritual). Por ejemplo, el almanaque anual tibetano, que juega un importante papel en la vida de los tibetanos y señala los días auspiciosos y no auspiciosos para según qué actividades, se calcula en base a dos sistemas: los cálculos blancos o hindúes (astrología kartsi, de donde se extraen las casas, semejantes a las occidentales y otros aspectos) y los cálculos negros o chinos (astrología djoungtsi, de la que se extrae el animal del zodíaco, el elemento, los trigramas, etc.). Según la astrología tibetana, cada persona tiene un día de la semana propicio. Por ejemplo, el día del Dalai Lama es el miércoles.
Hay aspectos muy similares con la astrología occidental. Por ejemplo, los dos o tres días anteriores a la Luna Nueva se relacionan con lo que podríamos llamar fuerzas oscuras y pueden ser especialmente complejos por varias razones. En la astrología tibetana estos días se invocan a los protectores del Dharma para evitar problemas. Desde luego, no son aconsejables para empezar nada.
En cambio, una de las más notables diferencias de la astrología tibetana con la occidental es que se basa sobre todo en la Luna, siendo clave el ángulo de la fase lunar bajo el que se nace, mientras que el Sol y los planetas quedan relegados a una posición secundaria. Todo lo contrario que en nuestra astrología, donde el Sol ocupa el papel protagonista.
Hay quienes piensan que budismo y astrología son incompatibles. Sin embargo, otros dicen que esto no tiene sentido, puesto que el Buda dijo que si sabemos cómo se produce algo, podemos evitar que se repita, es decir, podemos actuar sobre el Karma. Y precisamente esto es una de las vertientes o aplicaciones más interesantes de la astrología budista. La astrología lejos de condenar a un determinado destino, indica las fuerzas o energías que están en acción para tener poder ser conscientes de las mismas y tener así la oportunidad de cambiarlas, de evitar errores o de progresar mejor en esta vida.
(*) A falta de que algún auténtico especialista establezca notables diferencias entre astrología budista y astrología tibetana -nosotros al menos no las conocemos-, en este artículo nos referimos a la astrología budista o tibetana para señalar lo mismo.
(Este artículo ha sido publicado, en primera instancia, en la revista Tu Suerte nÂs 206 correspondiente al mes de agosto de 2012)