Estos días (lunes, 21 diciembre 2009) que el Sol entra en Capricornio y, por tanto, coincidiendo con el Solsticio de Invierno, la Tierra se alinea con el Sol y el Centro de la Galaxia. Este alineamiento, que sólo ocurre una vez cada 25.500 años aproximadamente, se ha colado en el centro de polémicas y debates especulativos importantes en nuestros tiempos: por un lado, hay quien dice que los mayas conocían este gran ciclo, que se denomina Precesión de los Equinoccios; por otro, algunos lo vinculan al cambio climático.
En realidad, no hay pruebas de lo uno ni de lo otro.
No hay datos objetivos que permitan sacar la conclusión de que los mayas conocían ese ciclo que, para liar aún más las cosas, algunos libros, novelas, artículos, programas de tele, webs, etc. confunden con el ciclo del sistema solar en torno a la galaxia.
Por otro lado, seguramente tendrá algo que ver este alineamiento con el cambio de clima, lo que pasa es que no podemos saber de qué modo. Sin duda, las diferentes zonas de la galaxia que atraviesa nuestro sistema solar en conjunto deben tener influencia sobre el clima y muchas cosas más; sería como un zodíaco a mucha mayor escala del que conocemos. Siempre he pensado que eso es así, pero se necesitaría estudiar un ciclo de unos 220 millones de años para saber cómo influye, porque ese es el tiempo que el sistema solar emplea para dar la vuelta alrededor de la Vía Láctea, nuestra galaxia.
Además, este alineamiento, aunque se está produciendo cada vez con mayor exactitud, en realidad ocupa muchos años, puesto que el movimiento de precesión es muy lento, así que, a priori, no podríamos situar sus efectos para un año concreto, sino que podrían estar situados, al menos, desde 1990 hasta 2030.
Algunos quieren ver en este alineamiento -del que todo el mundo parece estar haciéndose consciente ahora- que la humanidad entra en un cambio de conciencia o incluso en otro plano; otros van más allá y creen que cambiarán hasta nuestras condiciones vitales o que entraremos en dimensiones hasta ahora desconocidas, con habilidades casi mágicas; otros incluso que entramos a formar parte de una supuesta federación galáctica... Bueno, si todo esto sirve para hacernos reflexionar y ser un poco mejores como personas y como colectivo, estaría genial.
Otra cuestión sería estudiar los posibles influjos de este alineamiento en personas que tengan puntos vitales de sus cartas astrales en dicho punto. A mi, personalmente, siempre me ha gustado, intuitivamente, tener el Ascendente a finales de Sagitario, conjunto al centro de la Galaxia desde el día de mi nacimiento.